Martes de la 1ra. semana de Cuaresma 2018

¿Te consideras una persona “recta”?

¿Te refieres a ser un miembro respetable de mi comunidad, que mantiene los estándares y valores de mi grupo?

Algo así ¿Qué más se puede entender por “recto”?

Sentarse o pararse con la espalda recta.

O ser de mayor largo que ancho.

¿Entonces, cuál es el punto de esto? (Sigue leyendo).

El punto es sugerir que hay una conexión entre sentarse derecho en la meditación y vivir de una manera recta – ser moral, justo, amable, sincero/auténtico.

¿Lo único que debo hacer es tener una buena postura física y ya seré un buen ser humano?

Ojalá. No; pero cuando meditamos, se nos dice que nos sentemos en una “buena” postura, es decir, con la espalda derecha. Esto ayuda a la respiración y a la disciplina de la quietud durante la meditación y por lo tanto nos ayuda en ésta. Hay una conexión entre la postura física, la atención mental y la claridad – e incluso con el sentido de propósito que yace en la meditación. Normalmente, es más difícil meditar si la postura está encorvada, perezosa e incómoda.

¿Pero no podría meditar y aún así ser tramposo, mentiroso y un insensible explotador de la debilidad de otros? ¿Podría la meditación ayudar a escaparme de mi conciencia y a enfocarme mejor al realizar mis malas acciones?

Tal vez por un tiempo, claro, pero creo que no por mucho tiempo. En la meditación, cuando nos sentamos en la quietud, nos movemos. Cuanto mayor sea la quietud, mayor la aceleración. Este movimiento interior nos lleva a nuestra rectitud interior esencial (somos esencialmente rectos). En el camino encontramos posturas mentales interiores, tal vez recientes o bien establecidas, tal vez en el margen de nuestra personalidad, pero también posiblemente en lo que constituye nuestra personalidad, y estas posturas pueden contradecir nuestra rectitud esencial. Éstas pueden ser aspectos retorcidos y deformes de nosotros mismos.

Entonces, enfrentarse a esto será muy difícil y lucharemos contra el ser enderezados. Probablemente por eso es que abandonamos o reducimos el compromiso a sentarnos rectos.

Estoy de acuerdo. Es difícil meditar si acabas de mentir o calumniar a alguien, si tuviste una orgía de chismes o te excediste en los placeres. Sin embargo, siempre podemos corregir nuestra postura, tanto interna como externa. Si no nos rendimos, podemos re-alinearnos con nuestro valor esencial, nuestra rectitud esencial.

Al descubrir nuestro valor interno, comenzamos a vivir realmente con los valores en los que creemos y podemos disculparnos cuando no logramos cumplirlos. ¿Sigues escuchando?

Laurence Freeman OSB

Traducción: Javier Cosp Fontclara

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