10 de junio 2018

                                                          Photo credit: yettis doings on Visual Hunt / CC BY-SA

De John Main OSB, “God is the Centre of my Soul”, THE WAY OF UNKNOWING (New York: Crossroad, 1990), págs. 18-20


La meditación en un concepto sencillo. No hay nada complicado al respecto, nada esotérico. En esencia, la meditación simplemente es permanecer en el centro de tu ser. Estar quieto. El único problema que tiene es que vivimos en un mundo de movimiento frenético, y por eso la quietud y el arraigo nos parecen ajenos a la mayoría de nosotros. Sin embargo, en la naturaleza todo el crecimiento se da de adentro hacia afuera. El centro es donde comenzamos y otra vez es de lo que se trata la meditación. Hacer contacto con el centro original de nuestro ser. Es retornar a los cimientos de tu ser, a tu origen…

La meditación es una maravillosa oportunidad para todos nosotros… porque al regresar a nuestro origen, al cimiento de nuestro ser, regresamos a nuestra inocencia. La llamada a la meditación, para los Primeros Padres de la Iglesia, era una llamada a la pureza de corazón y eso es lo que significa la inocencia—pureza de corazón. Una visión que no está enturbiada por el egoísmo o por el deseo o por imágenes, un corazón que sencillamente se mueve por amor.  La meditación nos guía a la claridad pura—claridad de visión, claridad de entendimiento, y claridad de amor— claridad proveniente de la sencillez. Y para meditar se requiere nada más que la simple determinación de empezar y después continuar (…)

(N)osotros debemos ir más allá del pensamiento, más allá del deseo y más allá de la imaginación y en ese ir más allá empezamos a saber que estamos aquí y ahora en Dios, “en él vivimos, nos movemos y existimos” (Hechos 17:28). El camino de la sencillez es el camino de una sola palabra, la recitación de una sola palabra. En su recitación, y la fidelidad a la recitación cada mañana y cada noche, nos conduce más allá de la estridencia de las palabras, más allá del laberinto de las ideas, a la unidad. La meditación es el camino a la comunión plena, la unidad del ser. En la meditación, y en la vida enriquecida por la meditación, existimos en plenitud, quien quiera que seamos.

 

Después de la Meditación, William Wordsworth, “Lines Composed above Tintern Abbey”, Norton Anthology of English Literature, Vol. 2 (New York: Norton, 1979), pág. 156

El humor bendecido
en el cual la carga del misterio,
en el cual el peso agotador y pesado
de todo este mundo ininteligible,
es aligerado—ese humor sereno y bendito,
en el que los afectos nos guían gentilmente,
hasta, que el aliento de su marco corporal
y aun el movimiento de nuestra sangre humana
casi suspendidas, estamos acostados durmiendo
en el cuerpo, y nos convertimos en un alma viviente;
mientras tanto con un ojo aquietado por el poder
de la armonía, y el poder profundo de la alegría,
vemos dentro de la vida de las cosas.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos