Cuaresma 2012. Tercer Domingo de Cuaresma

Jesús encontró gente en el Templo vendiendo vacas, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados en sus puestos ahí. Haciendo un látigo con alguna cuerda, los echó del Templo, así como también echó a las vacas y ovejas, desparramó las monedas de los cambistas, derribó las mesas y dijo a los vendedores de palomas, “Llévense todo esto afuera y no continúen  transformando la casa de mi Padre en un mercado.”

Él no era por cierto un político y no midió sus palabras. Actuó de acuerdo a sus sentimientos más elevados y pagó el precio de la alienación de aquellos que tenían el poder. Todos nosotros admiramos esto en las personas con integridad que nos hacen conscientes de todos los compromisos  a los que llegamos en nuestras propias acciones. Podemos justificar cualquier acción con la razón hasta un cierto nivel. El sentido común ha justificado muchos errores. La pregunta siempre presente es, ¿a qué nivel de realidad e integridad elegimos vivir?

No ser populares no es precisamente signo que estamos actuando con justicia. Pero, el actuar correctamente con coherencia nos llevará inevitablemente hacia una mayor soledad donde estaremos abiertos a la crítica, vulnerables ante los ojos de los enemigos y expuestos a los demonios internos. Es más fácil dejarse llevar de las mayorías evitando la propia profundidad. En soledad estaremos acompañados por pocos viajeros, pero estos pocos con los que realicemos el peregrinaje estarán en buena fe con nosotros.

Esta segunda mitad del camino de cuaresma es un buen momento para evaluar como estamos usando este estado de simplificación y reducción. ¿Hemos perdido ya su fuerza? ¿Hemos olvidado la razón por la que  decidimos seguir la práctica elegida?

Medir el tiempo tiene la ventaja de hacernos conscientes de cuan imperceptible e inconscientemente puede el tiempo escapársenos entre los dedos. Vivir con plena apreciación del momento presente es difícil de mantener aunque tiende a ayudarnos a hacer lo correcto, de manera correcta y en el tiempo correcto. Correcto significa  hacer que aquello que sirva para que nuestro viaje y el de aquellos que nos acompañen sea más real, más libre y más amoroso.

Incluso el hacer espacio para una meditación extra hoy nos ayudaría a reajustar el programa. (¿De donde proviene nuestra resistencia inmediata a esa idea?)

Laurence Freeman OSB
Traducción de Teresa Decker

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