Cuaresma 2019: Miércoles de Ceniza

Miércoles de Ceniza: Mateo 6: 1-6,16-18

Hace poco volví de Tierra Santa. Estuve con un grupo de peregrinos contemplativos de muchos países que tenían diferentes estilos de expresar su fe; pero estaban unificados por la base común de la tierra santa y, aún más, por la base común de ser que tocamos juntos a través del silencio en nuestra meditación diaria. Sigue leyendo.

Israel es un país pequeño e intenso con tanta variedad en el paisaje (desierto, verdes colinas, viñedos, montañas) como en la opinión política y religiosa. Ha sido un lugar de contienda violenta desde los albores de la historia. Sentí que si sus conflictos se resolvieran verdaderamente, la siempre dividida ciudad de Jerusalén, donde el rey David construyó el templo, Jesús murió y resucitó y Mahoma ascendió al cielo, se convertiría instantáneamente en la Jerusalén celestial que se describe en el Libro del Apocalipsis. Estamos seguros de que no habrá necesidad de ningún templo o actividad religiosa en ese lugar transfigurado porque Dios será todo en todo. La "paz de Jerusalén" inauguraría la paz del mundo; la transformación de las espadas en arados como lo imaginó Isaías, algún día sucedería. Hasta entonces, cada uno de nosotros elegimos si trabajamos por la paz o si aumentamos las divisiones y la violencia.

Esta es una opción que podemos renovar en la práctica diaria de la Cuaresma. Tomamos la decisión de ser pacíficos, no a nivel global sino personal, no a través de la acción externa sino a través del trabajo interior. Como diría Jesús, debe ser un trabajo modesto y "oculto" para que el ego tenga menos ocasión de engancharlo. Cualquier cosa que hagamos para la Cuaresma es un signo de la sinergia entre las dimensiones interna y externa de la realidad. Personal y colectivamente somos un microcosmos. Como nosotros somos, así será nuestro mundo. Cálmate y crearás calma. Puedes dejar el alcohol o los dulces o Netflix o chismear o revisar tu teléfono antes de meditar en la mañana. Puedes hacer que los dos períodos de meditación sean una parte no negociable de tu día o agregar una meditación corta adicional al mediodía o leer el evangelio diario en la parte superior de cada una de estas reflexiones, o elegir un libro como tu compañero en el desierto de los próximos cuarenta días (podrías hacerlo con el libro 'Sensing God' - “Sentir a Dios” -, diseñado para desarrollar la meditación en esta temporada de Cuaresma). La perseverancia y la consistencia hacen maravillas en nuestro estado mental y en la armonía de lo interno y lo externo: y porque no somos perfectos y no máquinas, la perseverancia incluye comenzar de nuevo cuando fallamos.

Estas prácticas de Cuaresma se convierten cada vez más en fuentes de paz y deleite cuando tratamos de ser fieles a ellas. De hecho, están entre los placeres simples y libres de la vida, no son cargas ni aburrimientos. A través de ellos, a lo largo de la Cuaresma, recordamos las virtudes que a menudo se minimizan o ridiculizan en nuestra cultura: moderación, autocontrol, repetición y respeto por nuestras limitaciones. Estos son elementos de la sabiduría universal contemplativa, como vemos en el Tao Te Ching: La simplicidad, la paciencia, la compasión son tus mayores tesoros. Simple en acciones y pensamientos, vuelves a la fuente del ser. Paciente tanto con amigos como con enemigos, estás de acuerdo con la forma en que son las cosas. Compasivo contigo mismo, reconcilias a todos los seres en el mundo.

Renunciar a algo y hacer algo extra. Este es el corazón del ejercicio saludable, llamado ascesis en el vocabulario espiritual. Los frutos de la Cuaresma no aparecerán si intentas forzarlos o solo por pensar en ellos. Brotan y florecen y caen sutilmente, sorprendentemente y por lo tanto, deliciosamente. Esta es una temporada maravillosa. Espero que estas reflexiones te ayuden a disfrutarla.

Laurence Freeman OSB

Traducción: WCCM Argentina

 

 

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