4 de agosto 2019

                                                          Photo by Achim Bongard from Pexels

Una selección de “Touching Reality” por Laurence Freeman OSB (series grabadas disponibles en www.mediomedia.com)


La meditación es una forma de seguir el sendero humano al centro de la realidad, donde somos capaces de experimentar una unidad que es paz, alegría y amor. Las diferencias han sido trascendidas; las dualidades resueltas. Y descubrimos que no meditamos solo para nuestra propia tranquilidad de espíritu. Meditamos con una sensación creciente de que nuestro viaje es de importancia vital para otros. Somos capaces de ver al otro, ver al mundo y ver unidad en lugar de división. En realidad, nosotros vemos esto por nosotros mismos; lo experimentamos. No solo tenemos esperanza o soñamos con ello, somos capaces de verlo.

San Agustín decía que el propósito de esta vida consiste en restaurar la salud del ojo del corazón, a través del cual vemos a Dios en todas las cosas. La meditación es el medio por el cual recuperamos la salud del ojo del corazón para que seamos capaces de ver la unidad de Dios en donde sea que estemos. Con quien sea que estemos —aún en el corazón del conflicto y discordia, especialmente en el corazón del conflicto y la discordia.

Como vamos siguiendo nuestro peregrinaje, empezamos a trascender las dualidades que nos mantienen encerrados en el conflicto, sospecha y violencia —verbal, psicológica o física. Todas ellas, como sabemos, son las fuerzas negativas en nosotros, en nuestras relaciones, y en el mundo. Conforme avanzamos en nuestro viaje, de una meditación a otra, día a día, nos liberamos de la raíz que nos detiene del amor, de la visión de Dios.

 

Después de la meditación: “The Future of Community” por Carol Blalock RSCJ en CORAL CASTLES (Newberg, OR: Frenwood Press, 2019), pág. 95

Todos venimos de un lugar de dolor
y un lugar de paz
y el compartir es una resurrección.

Está bien ser humano, hambriento y con dolor;
y está bien sentir alegría, serenidad y esperanza.

La confianza abre nuestras bocas para decir la verdad de nuestro dolor;
la confianza abre nuestros corazones al bálsamo del amor;
la confianza abre nuestros ojos al hilo de luz
que nos teje en uno.

 

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos