12 de enero 2020

Fragmento de Laurence Freeman OSB, presentación a la Conferencia Australiana Nacional, Octubre de 2019, anotado en el Boletín Internacional de Meditatio Enero 2020 pág. 10


Todos estamos conscientes de los problemas que enfrentamos en este punto durante la evolución humana… cuán in-unificados estamos, que tan lejos estamos colectivamente de la verdad de nuestra naturaleza humana que Jesús revela… que esencialmente somos uno. [Qué] tan retador es creer en este tiempo en la unicidad de la naturaleza humana y la posibilidad que los seres humanos puedan amar, perdonar, puedan ser justos, se refrenen de la violencia. Es muy difícil creer en la naturaleza divina y el potencial de la humanidad cuando vemos como nos comportamos y los fracasos de los líderes que pavorosamente algunas veces parece que nos merecemos…y (cuando) tantas estructuras que nos hacían sentir seguros política, religiosa y económicamente, se están disolviendo y colapsando a nuestro alrededor. […]

La división destruye la unidad porque, como la palabra sugiere, es diabólico, separa. La intención de dividir y conquistar, el juego político de los que no tienen escrúpulos, no puede ser de Dios…porque Dios es uno. Dios no está fragmentado en un olimpo de pequeños dioses, compitiendo unos con otros como proyecciones de nuestra imaginación, deseos y temores. Las tres grandes religiones hermanas, con todas sus diferencias y conflictos, han entendido… y crecen del mismo entendimiento de la naturaleza humana y divina, que Dios es uno. La profunda unidad del ser humano viene de Dios dentro de nosotros, dentro de nuestra naturaleza… es la única forma en que podemos sanar las heridas de la violencia y la división.

La meditación es el trabajo de descubrir esta unidad dentro de nosotros y entre nosotros… Lo más importante que debemos recordar en estos tiempos difíciles es la unidad que todos compartimos- el gran misterio de la humanidad- sin importar nuestra diversidad racial, cultural, y religiosa. No podemos conocerlo desde afuera. Conocerlo significa que debemos entrar hacia el silencio en el cual la mente dualista se deja atrás. La conciencia contemplativa no es un dogma, no surge del pensamiento analítico, sino de la experiencia de la unicidad misma, la cual sencillamente consiste en la experiencia que nos permitimos probar en la meditación.

 

Después de la meditación, “The Coming of Light” por Mark Strand en COLLECTED POEMS (New York: Knoph, 2014), pág. 183

Aún tan tarde sucede:
la llegada del amor, la llegada de la luz.
Despiertas y las velas están encendidas como por si mismas,
las estrellas se juntan, los sueños se vierten en tu almohada,
enviando aromas tibios de aire.
Aún tan tarde los huesos del cuerpo brillan
y el polvo de mañana estalla en el aliento.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos