2 de febrero 2020

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De “The Silence of the Soul”, por Laurence Freeman OSB en THE TABLET, 10 de Mayo de 1997.


Nuestros pensamientos, temores, fantasías, esperanzas, enojos y atracciones están surgiendo y cayendo momento a momento. Nos identificamos automáticamente con estos recurrentes estados efímeros o compulsivos, sin pensar en lo que estamos pensando. Cuando el silencio nos enseña cuán  transitorios realmente son estos estados, confrontamos las difíciles preguntas sobre quiénes somos realmente. En el silencio debemos luchar con la terrible posibilidad de nuestra no-realidad.

El pensamiento Budista hace esta experiencia —lo que llama anatman o “no ser”— uno de los pilares centrales de la sabiduría en el camino a la liberación del sufrimiento y una de las formas esenciales para llegar a la iluminación. El practicante Budista es invitado a buscar este sentido de transitoriedad interna y más que huir de ella, zambullirse de cabeza en ella, como hicieron Meister Eckhart y los místicos Cristianos.

Comprensiblemente, anatman es el concepto Budista sobre el que las personas tienen más dificultad. Qué absurdo, qué terrible, qué sacrílego decir, que Yo no existo.  De hecho, el más importante antagonismo Cristiano respecto del anatman no tiene fundamento o se funda en una mala interpretación. No quiere decir que no existo, sino que no existo en independencia autónoma, que es la clase de existencia que le gusta al ego imaginar que tiene… y la arrogancia en la que las personas religiosas caen víctimas con frecuencia.

No existo por mi mismo porque Dios es el centro de mi ser. A la luz de este entendimiento leemos las palabras de Jesús con una percepción profunda. “Si alguien quiere venir en pos de Mí, niéguese a si mismo, tome su cruz cada día y que me siga; pero quien pierda su vida por mi, la salvará” (Lucas 9:23-24)

 

Después de la meditación, de DHAMMAPADA, “The Path”, versos 276-279, ed. por Anne Bancroft (Rockport, MA: Element, 1997), pág. 81

Debes hacer el esfuerzo, los despiertos solo señalan el camino. Aquellos que han
entrado en el camino y quienes meditan, se han liberado de las ataduras de la ilusión.

Todo está cambiando. Surge y pasa. Aquel que se de cuenta de esto está
libre de tristeza. Este es el camino iluminado.

Existir significa conocer el sufrimiento. Date cuenta de esto y se libre del sufrimiento. Este es el camino radiante.

No hay un ser separado para sufrir. Aquel que entienda esto es libre. Este es 
el sendero de la claridad.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos