16 de febrero 2020

Un fragmento de Laurence Freeman OSB “Dearest Friends” en el Boletín Meditatio Enero de 2020 en wccm.org. págs. 4-5


Lo que generalmente llamamos amor puede ser el hambre, el antojo de nuestra soledad por posesiones y comodidad. Cuando sufre decepciones -por quien sea en quien lo proyectamos- nuestro “amor” egocéntrico, se puede convertir rápidamente en ira y desesperación. Para navegar más allá de este ciclo, necesitamos ascesis, la disciplina personal para ejercer nuestra capacidad de atención. Eventualmente, esta capacidad se convierte en amor transformador del ego. Poner atención en la realidad, en lugar de nuestra versión ilusoria de la realidad, ilustra porque la verdad nos hace libres, igualmente capaces de amar y ser amados.

La conexión entre la meditación (la ascesis esencial de la vida Cristiana) y el amor (la fuente y objetivo de la sabiduría) es como un cordón que mueve una cortina en un cuarto obscuro y permite que entre la luz divinizante de una nueva santidad. La nueva santidad de nuestra época consiste en el reconocimiento de Dios en todas las condiciones de nuestra era, sin nostalgia y entonado con todo lo que hemos aprendido de la naturaleza humana y las leyes del universo. Es una santidad universal, no parroquial. No depende de la aprobación humana sino del reconocimiento mutuo que ocurre entre nosotros y Dios en el estado contemplativo. Su hijo es el ecumenismo de toda fe. Basados en los patrones de la historia, podemos adivinar que la renovación de la vida Cristiana se conseguirá cuando una masa crítica de discípulos haya aprendido a navegar la tormenta perfecta de nuestra crisis presente.

 

Después de la meditación: “Love” por Franz Wright en GOD´S SILENCE (New York: Knoph, 2006), pág. 99

AMOR

Mientras estaban considerando si la iban a apedrear —
¿Y por qué no?— él se arrodilló
y con sus dedos escribió
algo en la arena. Somos,
como sabes, hechos de 
polvo, y la palabra desconocida
era, por lo tanto, y es 
y por siempre será
escrita en nuestra carne 
en los pliegues grises 
de la carne de la memoria. 
En arche en ho logos.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos