1 de marzo 2020

De John Main OSB, “The Oceans of God” (Diciembre, 1982), THE PRESENT CHRIST (New York: Crossroads, 1991), págs. 111-112, 116-117.


Nuestra vida es unidad porque está centrada en el misterio de Dios. Pero para conocer la unidad debemos ver más allá de nosotros y con una perspectiva más grande que la que usamos generalmente para ver, cuando el egoísmo es nuestra preocupación dominante. Solo cuando le damos la espalda al egoísmo y la vergüenza es que esta perspectiva más grande se empieza a abrir.

Otra forma de decir que nuestra visión se expande es decir que logramos ver más allá de las apariencias, hacia el significado de las cosas… no solo… en relación con nosotros mismos sino… hacia el todo del que formamos parte. Este es el camino al verdadero autoconocimiento, y es el motivo por el que el verdadero autoconocimiento es idéntico a la verdadera humildad. La meditación nos abre esta forma de conocimiento preciosa, [y] este conocimiento se convierte en sabiduría… cuando sabemos no por análisis y definición sino a través de la participación en la vida y espíritu de Cristo.

A través de la quietud del espíritu nos movemos hacia el océano de Dios. Si tenemos el valor de alejarnos de la orilla no podemos fracasar en encontrar la dirección y la energía. Mientras más adentro viajemos más fuerte será la corriente, y más profunda nuestra fe. Por momentos la profundidad de nuestra fe es retada por la paradoja de que parece que el horizonte de nuestro destino está siempre retrocediendo. ¿A dónde nos lleva esta fe más profunda? Entonces, gradualmente, reconocemos el significado de la corriente que nos guía, y vemos que el océano es infinito.

 

Después de la meditación, Stanzas selectos de Seng Ts´an, “Believing in Mind” en TIMELESS WISDOM: Passages for meditation from the world saints and stages, ed. Eknath Easwaran (Tomales, CA: Nilgiri Press, 2008), págs. 161-63

No te enredes en deseos externos
O quedes atrapado dentro de ti.
Una vez que plantas en lo profundo el deseo de paz
La confusión se va sola.

Sin meditación
La conciencia y los sentimientos son difíciles de asir.
En el reino de la Talidad
No hay ni yo ni otro. 

En el uno, existe todo.
En el todo, existe uno.
Si tú sabes esto,
Nunca te preocuparás por estar incompleto. 

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos