Lunes de la 4ª semana de Cuaresma 2013

La vida es una historia con muchas historias y personas que aman la vida como en las historias.  Es una mala señal cuando la historia no te conmueve, divierte o entristece.  John Main enseñó meditación simplemente porque quería compartir con los demás lo que había encontrado: el regalo de la meditación que nos revitaliza y nos conduce continuamente a una experiencia de vida más plena y significativa.  Él era un buen narrador.  Recuerdo cuando una noche contaba esta historia a un grupo de meditación: 

 

El dios indio Shiva estaba sentado junto a su esposa, mirando hacia abajo al mundo cuando su esposa le dijo: “¿Por qué no te vas y le otorgas la salvación a algunos de tus devotos?”,  Shiva dijo, “Muy bien” y entonces bajó a una ciudad y se sentó en la plaza del mercado. La noticia corrió que un gran profeta estaba allí y entonces la gente santa del pueblo salió a su encuentro.

El primero de ellos se acercó a Shiva y le dijo: “Yo medito tres veces al día, en invierno medito durante dos horas en agua fría, en verano medito durante dos horas en el calor.  ¿Cuándo conseguiré la salvación?” Shiva lo miró y le dijo, “en tres reencarnaciones más”.  Se pueden imaginar la historia cuando este hombre regresa junto a sus amigos, meneando la cabeza y diciendo: “Tres más, tres más.” Y así continúa con los otros. Llega otra persona y Shiva le dice que tiene diez reencarnaciones más.  Por último, llega un pequeño hombre y dice, “me temo que no hago mucho pero sí trato de amar a todo el mundo a mi alrededor y trato de amar toda la creación. ¿Puedo obtener la salvación?” Shiva se rasca la cabeza y el pequeño hombre se pone un poco nervioso y le vuelve a preguntar, “¿puedo obtener la salvación?”  Shiva lo mira y dice, “Mil reencarnaciones”,  a lo cual el hombre empieza a saltar de alegría y empieza a gritarle a todos “¡Voy a conseguirlo, voy a conseguir la salvación! ¡Mil, solo mil más!”

En eso, él estalla en llamas y lo mismo ocurre con Shiva y su esposa y todos se convierten en una sola llama y desaparecen.  Entonces su mujer le dice: “¿Cómo ese pequeño hombre consiguió la salvación inmediatamente cuando les habías dicho que necesitaba mil reencarnaciones?”  Él dijo: “Sí, esa fue mi decisión, pero su generosidad anuló mi decisión y por eso se salvó inmediatamente.”

¿Cuál es el punto? Si no lo entiendes y te sientes mejor acerca de tus propios esfuerzos limitados, léelo de nuevo.  Recuerda la historia de ayer de los dos hermanos.

 

Traducido por Mónica Thompson

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