17 de noviembre 2013

 
Un extracto de Laurence Freeman OSB, “Dearest Friends,” Newsletter of the World Community for Christian Meditation, Vol. 31, no. 3, October 2007, pp. 6 and 7.
 
Una comunidad de amor no se disuelve cuando su tamaño se expande o se contrae. No se aferra a los amigos que ha hecho ni se defiende contra los extraños ni cobra admisión o revisa credenciales. No cesa de explorar la experiencia del amor en que empezó y que debe inevitablemente, eventualmente, llevarla a un punto desde donde se aprecia el amor sin límite.
Cuando murió John Main, no había mucho que mostrar de su visión...existía una pequeña comunidad monástica y los principios de una comunidad global. Pero el reconoció desde entonces que necesitaba cambiar de dirección, alejarse aún más de lo institucional y adentrarse en la profundidad del misterio de comunidad que se logra pagando el precio de la soledad. Vio que esta visión de su comunidad de amor se debía reflejar en las personas, no en las estructuras o las instituciones. Antes de su última enfermedad se vio inclinado a una vida más recluida con objeto de lograr de una mejor manera su visión de comunidad. Su muerte fue ese paso a la soledad. Aún hoy, al celebrar la expansión y diversificación de su misión alrededor del mundo, de una comunidad de amor que se ha extendido a tantas culturas penetrando tantas formas y edades de vida, con la excepción de la monástica, que irónicamente era su deseo inmediato, no podemos confundir comunidad con institución.
 
Estaríamos equivocados si nos acercáramos a la celebración de su trabajo triunfalmente. La celebración es más que un triunfo; trata más bien de crecimiento personal y desarrollo. [....]
Así como en la meditación no medimos el progreso por resultados o sentimientos, así el crecimiento de una comunidad de amor es personal, interior, no es estadístico. [....]
 
Una comunidad de amor requiere de mucho trabajo, igual que el trabajo interior de la meditación, pero su misterio se observa en la gracia, como el regalo libre del espíritu que inicia el trabajo desde el inicio y lo ve completarse en el eterno presente. Es este trabajo del espíritu al que celebramos. Es un trabajo en progreso, del cual John Main se volvió un gran y nada egoísta maestro. [Y que] muchos meditadores alrededor del mundo continúan.
 
Después de la Meditación, “Two Kinds of Intelligence” The Essential Rumi, tr. Coleman Barks (Edison, NJ: Castle Books, 1997) p. 178. 
 
Hay dos clases de inteligencia: una adquirida,
Como el niño en la escuela memoriza hechos y conceptos
De libros y de lo que dice el maestro, 
recogiendo información de las ciencias tradicionales
Y de las nuevas ciencias.
 
Con esta inteligencia creces en el mundo.
Te clasifican adelante o atrás de otros
Según seas capaz de retener información. 
Paseas en los campos del conocimiento, 
recibiendo cada vez más calificaciones 
En tus libretas
 
Pero hay otra clase de libreta, 
Una ya completada y preservada dentro de ti,
Un manantial de surge de su origen.
Una frescura en el centro de tu pecho. 
Esta otra Inteligencia no se vuelve
Amarillenta ni se estanca. Fluye,
Y no se mueve de afuera hacia dentro
A través de las tuberías del aprendizaje.
 
Esta segunda capacidad es un manantial
Que desde tu interior fluye hacia afuera.
 
Traducción: Enrique Lavín