5 de enero 2014

 
PHOTO: LAURENCE FREEMAN
 
Un extracto de Laurence Freeman OSB, “Dearest Friends,” CHRISTIAN MEDITATION NEWSLETTER, Vol. 31, No. 3, October  2007, pp. 5, 6.
 
 La profunda atracción hacia los niveles más profundos del Yo y de la oración que nos trae a la meditacion tiene que evolucionar. Al principio se trata de “Que puede hacer la meditacion por mí”. Uno se siente lleno de deseo por la satisfacción espiritual y la esperanza de todos los frutos del espíritu. Puede ser que aún se lleguen a tener pequeños éxtasis. Pero después se vuelve “que puede ayudarme a hacer la meditacion – por otros.” Eros se expande en amistad.
 
El amor hacia nuestros enemigos que los transforma en amigos ante nuestros ojos, es difícil de obtener si no tenemos algunos amigos con los que disfrutamos igualdad, benevolencia y confianza – con quienes simplemente disfrutamos estar. En el grupo de meditacion, una nueva clase de amistad espiritual se desarrolla…y al paso del tiempo, meditar con ellos no solo revela que estamos enamorados de ellos sino que con ellos estamos enamorados. No meditamos junto por ser amigos, sino que nos hemos vuelto amigos por meditar juntos…Puede ser que ni siquiera nos veamos por mucho tiempo.
 
 Los amigos igual que los maestros, desaparecen con el tiempo. Pero hemos aprendido que la sabiduría no consiste solo en lo que se puede ver. Así como el gran teólogo, Bernard Lonergan dijo: un cambio hacia la interioridad ha comenzado y comenzamos una nueva fase de enamoramiento.
 
Eros trata – maravillosamente – sobre la atracción y la unión. La amistad nos enseña desapego y nos prepara para la experiencia de la perdida sin la que nuestros descubrimientos se vuelven posesiones sin significado, relaciones amargadas. Descubrir el nivel de amistad espiritual despierta el sentido de que en cada persona que encuentras te encuentras a ti mismo y a la vez, que ella misma se está volviendo hacia ti. La amistad se expande de la seguridad de un pequeño grupo de compañeros que te protegen de los extraños a ver que cada extraño es un prójimo y cada prójimo un hermano o hermana. 
 
Ágape entonces, comienza a llenar la mente. La experiencia cristiana esencial es la transformación del punto de vista personal de la realidad a través de la experiencia del “Amor de Dios inundando nuestra más íntima parte del corazón a través del Espíritu que nos ha dado,” siempre que el vacío se transforma en plenitud.
 
Una comunidad de amor no se disuelve cuando su tamaño se expande o se contrae. No se aferra a los amigos que ha hecho ni se defiende contra los extranjeros o cobra admisión o revisa las credenciales de la gente. No cesa de explorar la experiencia de amor de la que empezó y a la que inevitablemente y eventualmente, la lleva a un clímax desde donde uno es capaz de mirar al amor sin límites.
 
Después de la Meditación, UNSEEN RAIN : Quatrains of Rumi, por John Moyne and Coleman Barks (Putney, VT:1986) p. 11.
 
Algunas noches, quédate despierto hasta el alba
Como lo hace a veces la Luna para el Sol
Sé un balde lleno que es subido hacia arriba del oscuro pozo,
Y que sale afuera a la luz
 
Traducido por Enrique Lavin