31 de agosto 2014

PHOTO: LAURENCE FREEMAN

Un extracto de John Main OSB, “El abandono del deseo” en THE HUNGER AND DEPTH FOR MEANING, ed. Peter Ng (Singapore: Medio Media, 2007), pp. 127-8.
 
La verdadera tragedia de nuestro tiempo, es que estamos tan llenos de deseo – de ser felices, de tener éxito, de dinero, poder, cualquiera que sea – que siempre nos estamos imaginando como podríamos ser, así que raramente nos conocemos como somos, y raramente aceptamos nuestra posición presente. Está bien que seamos pecadores, pero, si lo somos, es importante que sepamos que lo somos. Y aún más importante es saber desde nuestra propia experiencia que Dios es el fundamento de nuestro ser, y que estamos enraizados y cimentados en el…Cada uno de nosotros está invitado a aprender en nuestra meditacion, en nuestra quietud en Dios, que en el tenemos todas las cosas que son necesarias.
 
La oración tiene muy poco que ver con pedir esto o lo otro. La oración es mucho más simple que eso. Es ser uno con Dios. ¿Por qué es esto tan difícil? Creo que es difícil para nosotros , mujeres y hombres del siglo XX porque vivimos en una sociedad tan materialista que todo lo ve en términos de posesión y poseer. Aun si aparentemente somos más espirituales en nuestra forma de ser, podemos fácilmente volvernos materialistas espirituales. En vez de acumular dinero, tratamos de acumular gracia o mérito. Pero el camino de la oración es el de desposeer y rendir. Eso es difícil para nosotros, pues hemos sido enseñados la importancia de ganar, no de perder. Pero Jesus nos dice que para encontrar nuestra vida, la debemos perder. Decir nuestro mantra es exactamente nuestra respuesta a esa orden de Jesus: estar totalmente a su disposición, darle nuestra atención completa, nuestro corazón entero, mantenernos en un estado de consciencia no dividida, que es otra manera de decir ser uno con él. […]
 
El mantra es como la aguja de una brújula. Te dirige en la dirección de tu propio destino. Siempre apunta a la verdadera dirección que debes ir, lejos del ego, hacia Dios. De cualquier manera que tu ego te pueda llevar, la brújula siempre apunta fielmente en la dirección que necesitas. El mantra, dicho con generosidad, con fidelidad y con amor, siempre te llevará en dirección a Dios. 
 
Después de la meditación: Eileen O’Hea CSJ, un extracto de IN WISDOM’S KITCHEN: THE PROCESS OF SPIRITUAL DIRECTION (New York: Continuum, 2000), p. 81.
 
Nuestra jornada espiritual nos invita a una experiencia de amor tan profunda que es más de lo que las palabras pueden decir o de lo que podemos imaginar. En este viaje Dios Padre/Madre nos persuade a ella a través del canal de nuestra vida espiritual, el canal que nos lleva del ego a nuestro ser verdadero. Este cambio en el que localizamos nuestra identidad trae consigo el trabajo y el dolor del nacimiento y la felicidad y libertad de una vida nueva. Encontramos esta nueva vida en la experiencia de la consciencia contemplativa…estas palabras hablan de una realidad que no puede ser expresada completamente. Aquí no nos falta nada y encontramos todo. Es la experiencia de llegar a casa.