27 de Diciembre de 2015

Extracto del mensaje navideño de Fr. Laurence Freeman OSB a todos los miembros del Grupo de Meditación de Internet, Diciembre de 1997


Como no tenemos el acta de nacimiento de Jesús, ¿cuál es la razón para celebrar su nacimiento en esta época del año, como lo han hecho los Cristianos desde al menos el siglo cuarto? Con seguridad está vinculado a la fiesta pagana del renacimiento del sol. El 21 de Diciembre tenemos el día más corto del año, un recordatorio viviente, en el hemisferio norte, de la brevedad de la vida. Es el último aliento del viejo sol. Pero el nacimiento sigue a la muerte como siempre lo hace, porque la vida no es derrotada por la muerte ni anulada por ella. La vida es la suma total de todos los ciclos de nacimiento y muerte a través de los cuales pasamos como individuos y como cosmos hasta el fin de los tiempos.

Todo esto se volvió muy claro para mí cuando visité New Grange, al norte de Dublín, un montículo construido mil años antes de que Abrahán saliera de Ur de Caldeos hacia la tierra prometida. Posee muchas bellezas y misterios. Tal vez el secreto de su significado está en la pequeña apertura que se encuentra arriba de la puerta que le permite a los primeros rayos del sol renacido penetrar en el interior de la cámara funeraria. Obscuro durante el resto del año, se llena con la nueva luz durante 17 minutos. Mientras me encontraba en el interior de la cámara (deseando que fuera 21 de Diciembre) alguien apagó la luz y experimentamos una de las obscuridades más profundas que puedo recordar. No era fría ni escalofriante, sino llena de paz como seno materno y satisfacción. Quien la haya construido y puesto a descansar a sus muertos sabía acerca de la resurrección.

La luz de Navidad es la primera luz de la Resurrección. En su resplandor captura todo: lo vivo y lo muerto, alegría y tristeza, los que están lejos y los que están cerca. Cada vez que meditamos estamos unidos en esta luz, que ahora brilla, no solo en forma cíclica sino continua, en la profundidad de nuestro centro.

Después de la meditación: Denise Levertov, “Candiemas” THE STREAM AND THE SAPPHIRE: Selected Poems on Relegious Themes (New Directions, 1997), pág. 11

Candelaria

Con certeza 

Simeón abrió 

sus brazos ancianos 

a la luz recién nacida. 

Décadas 

anteriores a la cruz, la tumba, 

y la nueva vida,

él conoció vida nueva.

Qué profundidad 

de fe le inspiró,

volviéndose iluminado 

hacia la noche profunda.

 

Traducción: Guillermo Lagos.