17 de julio 2016

De John Main OSB, “God is the Centre of my Soul”, THE WAY OF THE UNKNOWING (New York: Crossroad, 1990), Págs. 18-20


La meditación es un concepto muy sencillo. No hay nada complicado sobre ella, nada esotérico… en esencia, la meditación es sencillamente el estar quieto en el centro de tu ser. Estar quieto. El único problema relacionado con ella es que vivimos en un mundo de movimiento frenético, por lo que la quietud y el silencio son algo extrañas para la mayoría de nosotros. Sin embargo, en la naturaleza todo el crecimiento se da del centro hacia afuera. El centro es donde iniciamos y una vez más es de lo que se trata la meditación.  Es hacer contacto con el centro original de nuestro ser. Es regresar a los cimientos de tu ser, a tú origen, a Dios… San Juan de la Cruz, en sus reflexiones sobre la naturaleza de la meditación escribió que “Dios es el centro de mi alma”. (…)

La meditación es una gran oportunidad para todos nosotros… porque al regresar a nuestro origen, a los cimientos de nuestro ser, regresamos a nuestra inocencia. La llamada a meditar, para los primeros Padres de la Iglesia, era un llamado a la pureza de corazón y es eso lo que es la inocencia- pureza de corazón. Una visión no nublada por el egoísmo o por el deseo o por las imágenes, un corazón simplemente movido por el amor. La meditación nos lleva a la claridad pura -claridad de visión, claridad de entendimiento y claridad de amor- claridad que viene de la sencillez. Y empezar a meditar solo requiere la simple determinación para iniciar y después para continuar….

(La meditación) es el camino de la atención. (Nosotros) debemos ir más allá del pensamiento, más allá del deseo y más allá de la imaginación y al ir más allá empezamos a saber que estamos aquí y ahora en Dios, “en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser” (Hechos 17:28). El camino de la sencillez es el camino de una palabra, la recitación de una palabra. Es la recitación, y la fidelidad a la recitación cada mañana y cada noche, lo que nos lleva más allá del estruendo de las palabras, más allá del laberinto de las ideas, a la unidad… La meditación es el camino a la comunión plena, la unidad del ser. En la meditación, y en la vida enriquecida por la meditación,  solo somos plenamente nosotros mismos, quienquiera que seamos.

 

Después de la meditación, William Wordsworth, “Lines Composed above Tintern Abbey”, Norton Anthology of English Literature, vol 2 (New York: Norton, 1979), pág. 156

El estado anímico bendecido

en el cuál la carga del misterio,

en el cual la carga pesada y agotadora

de este mundo ininteligible,

es aligerada -este humor sereno y bendecido,

en el cual los afectos nos guían suavemente,-

hasta, el respiro de esta estructura corporal

y aún el movimiento de nuestra sangre humana

casi suspendida, nos pusimos a dormir en cuerpo,

y nos volvimos un alma viviente;

Mientras que con un ojo aquietado por el poder

de la armonía, y el gran poder de la alegría,

vemos en la vida de las cosas.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos