27 de noviembre 2016

Fragmento de Laurence Freeman, “Dearest Friends”, WCCM Boletín Internacional, Invierno 1996


Uno de los dilemas para la Cristiandad hoy en día es cómo comunicar el evangelio de forma no competitiva en el contexto de las otras religiones… Para el Cristiano exclusivista por supuesto esto no tiene sentido. Sin embargo tal vez… el Espíritu está tratando de enseñarnos algo. Tal vez la Cristiandad está aprendiendo que sí en realidad es verdaderamente universal se debe reconocer a sí misma en todas las formas de experiencia espiritual (…) Hoy en día necesitamos encontrar una nueva forma de diálogo religioso, de tolerancia, de reverencia mutua y una forma de aprender unos de otros que los que nos preceden nunca se pudieron imaginar.

Además lo pertinencia de esta forma está atestiguada por el hecho de que es compatible con la personalidad y el ejemplo de Jesús. Él no rechazó a nadie, toleró a todos y vio el misterio de Dios en todas las personas y en la naturaleza. Comió con aquellos a quienes debería haber despreciado. Habló con aquellos que debería haber evitado. Estaba abierto a los demás como estaba abierto a Dios.

En Jesús, el tiempo y la eternidad se intersectan… y la intersección ocurre en la pobreza del espíritu humano… Pobreza no es la ausencia de bienes, sino la conciencia de nuestra necesidad de otros, de Dios.  La necesidad humana es universal. Los más ricos y poderosos, así como los más pobres y marginados, están necesitados por igual. La necesidad es sencillamente una respuesta al sentimiento fuerte que surge como respuesta al hecho de nuestra interdependencia. No estamos separados de los otros ni de Dios. La sabiduría es el reconocimiento de este hecho, y la compasión es practicarlo.

En la meditación, profundizamos a un nivel de la realidad más profundo que el de nuestras mentes superficiales guiadas por el ego donde continuamente estamos atrapados por la ilusión. Entender esto es el trabajo diario de la meditación y es el nuevo patrón de práctica de la presencia de Dios: en la vida ordinaria, en toda la naturaleza y en toda la gente.

 

Después de la meditación: Franz Wright, “Ohio Sunflowerfield” en GOD´S SILENCE (New York: Knopth, 2008)

Ocultamente, un minuto

cada uno cree

que la muerte es

una imprevista catástrofe

que solo ocurre en otra parte,

a todos los demás,

y al minuto siguiente

un castigo personal

al que él solo es condenado

¿Qué tiene de malo la verdad tan profundamente reconfortante y perfecta?

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos