24 de diciembre 2017

                                                         Photo by ai3310X on Visual hunt / CC BY

Un fragmento de Laurence Freeman OSB, “Anniversary of John Main”, WCCM International News Letter, Winter 1996


Tal vez una de los dilemas que mayor perplejidad cause a la Cristiandad tradicional, hoy en día, es el significado de comunicar el evangelio en una forma no competitiva en el contexto de la relación con otras religiones. Para el Cristiano exclusivista, esto no tiene sentido. Sin embargo, tal vez el Espíritu está tratando de enseñarnos algo. Tal vez la Cristiandad está aprendiendo que si verdaderamente es universal debe encontrar y reconocer todas las formas de experiencia espiritual y en toda clase de eventos espirituales. (…)

Debemos (buscar) una nueva era de diálogo religioso, de tolerancia, reverencia mutua y de aprender unos de los otros de una forma tal que nuestros ancestros nunca se pudieron haber imaginado. ¿No es esto compatible con la personalidad y el ejemplo de Jesús? Él no rechazó a nadie, toleró todo y vio el misterio de Dios en todas las personas y en la naturaleza. Comió con aquellos que debería haber despreciado; habló con aquellos que debería haber evitado. Estaba tan abierto a los otros como lo estaba a Dios. (…)

En Jesús, el tiempo y la eternidad se intersectan. Pero la intersección sucede en la pobreza humana de espíritu. La pobreza es el punto “en donde el misterio infinito se encuentra con la existencia concreta.” La pobreza no es solo la carencia de cosas sino la conciencia de que necesitamos a otros, a Dios. La necesidad humana es universal. Los ricos y poderosos, igual que los más pobres y los más marginalizados, todos están igualmente necesitados.

La necesidad es el sentimiento fuerte que surge en respuesta del hecho de nuestra interdependencia. La sabiduría es el reconocimiento de nuestra inter-relación, y la compasión es la práctica de nuestra conectividad. En la meditación nos sumergimos a un nivel de la realidad más profundo que nuestras mentes superficiales manipuladas por el ego, donde con frecuencia nos encontramos en la red de la ilusión de nuestra interdependencia y nuestro aislamiento. Desenredarnos de esa red es el trabajo diario de la meditación y también es el nuevo patrón de la práctica de la presencia de Dios en nuestra vida ordinaria.

 

Después de la Meditación, Rabí Brant Rosen, “A New Rendering of Zechariah 2:14, 4-7” @rabbibrant.com 12.15.17  

Una nueva representación de Zechariah 2:14- 4-7 (Lectura profética para el Sabbath de Hanukkah)

Deja libre tu alegría porque
tus oraciones han 
ya sido escuchadas;
aun en tu exilio 
el uno que buscas ha estado
viviendo en medio de ti 
todo el tiempo.
 
Silencia tu alma embravecida
y llegarás a aprender:
toda nación es mi nación
todas las personas son mis escogidas
en cualquier lugar que escojas vivir
será tu Tierra Santa,
tu Sion, tu Jerusalén.
 
Abre tus ojos y 
mira a través del valle
mira a esta tierra en ruinas
tomada y poseída
a través de las épocas.
 
Mira sobre tu
llamada ciudad de la paz
un lugar que conoce
solo degradación
y profanación
bajo tu mano.
 
Vuelve tu mirada a los cielos
y ahí encontrarás
la Jerusalén que buscas:
una ciudad que nunca puede ser conquistada,
solo soñada, ansiada, deseada, por la que se lucha;
un Templo sobre lo alto
que nunca puede ser destruido.
 
No más necesidad por vestiduras de sacerdote
o conspiraciones para invadir el monte abandonado por Dios-
solo camina en mis caminos
y encontrarás el camino para llegar ahí:
un peregrinaje sagrado al Templo
en cualquier tierra que le llames hogar.
 
Entra por los portales a 
éste el más santo de todos los lugares,
levanta sus paredes caídas,
enciende de nuevo las ramas de la lámpara
para que mi casa se convierta 
verdaderamente en un santuario
para todas las personas.
 
Si, así es como tú
restaurarás el Templo:
no por poder, no por fuerza
sino por el espíritu
que compartes con cada
ser viviente que respira.

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos