28 de enero 2018

                                                          Photo credit: stopherjones on VisualHunt / CC BY-NC

Un fragmento de Laurence Freeman OSB; “Letter Twelve”, WEB OF SILENCE (Londres: DLT, 1996), págs. 140-141


La meditación es el camino de la fe y el amor. Al pasar a través de sus etapas aprendemos que la fe es más que creer… Demasiado énfasis en los dogmatismos ortodoxos en realidad reduce la fe. La fe es esencialmente el compromiso personal a la relación- así hablamos de matrimonios y amigos fieles. La fe solo se desarrolla a través del tiempo, sin embargo, su crecimiento revela una unión de amor más fuerte que la muerte, el señor del tiempo.

Si la meditación cambia nuestra vida, no lo hace a través de magia, sino de fe. El mantra se convierte en un sacramento de fe-un sacramento de relación y unión. Al aprender a ser fieles en lo pequeño, como decir el mantra, aprendemos a ser fieles en todas las relaciones de la vida. Es, como dijo Jesús, un camino angosto, pero se extiende más allá del punto cero de dejar ir, y va hacia la expansión infinita de ser a la que estamos llamados en Dios.

 

Después de la meditación, “Another Sarah,” Anne Porter, LIVING THINGS: Collected Poems (Hanover, Zoland Books, 2006), pág. 166

OTRA SARA
(Para Cristopher Smart)

Cuando el invierno estaba medio terminado
Dios envió tres ángeles al manzano
quienes le dijeron a ella
“Alégrate, pequeño estante 
de palos vacíos,
porque has sido escogida.

En mayo te volverás 
una ola de dulzura viva
una nación de pétales blancos
una dinastía de manzanas”

 

Selección: Carla Cooper

Traducción: Guillermo Lagos