Lunes de la 1ra. semana de Cuaresma 2018

                                                                                                                                                               

Es difícil escribir acerca de la espiritualidad de cuaresma con el grito de Raquel llenando el espacio público que ocupamos. (Sigue leyendo).

En Ramá se han oído unos quejidos y un amargo lamento: es Raquel que llora a sus hijos y no quiere que la consuelen, pues ya no están (Jer 31:15).

Las familias de Parkland, Florida, la nación enferma del alma a la que pertenecen y los miembros de la familia humana de todo el mundo están dolorosamente afectados por la tragedia del tiroteo en la escuela secundaria. La imagen del patético y quebrado perpetrador, finalmente recibiendo la atención que anhelaba pero no del tipo que buscaba, evoca el sentido de impotencia desesperanzada que pronto contemplaremos en la Semana Santa. Nicolás Cruz de 19 años de edad no es una figura como la de Cristo, pero sería un extraño cristiano el que no pudiera ver a Cristo en él. En este incidente al inicio de cuaresma, la cruz nos ha llegado temprano, alejando violentamente nuestra atención fuera de nosotros por un momento. Nos confronta con el misterio de la densa oscuridad que cualquier viaje a la luz debe atravesar y encarar.

A la luz de la impotencia de otras personas no sabemos qué decir o hacer. Nos gustaría ayudar, consolar, explicar, pero no encontramos los medios. Lo más difícil de todo, y aún así lo más valioso, es no hacer nada. Pero generalmente nos escapamos de la impotencia a través de lugares comunes y hablando de oraciones. Incómodos con el tono de nuestra propia voz, rogamos que esto termine y que pasemos a otra cosa.

La tristeza más amarga busca escapar de la prisión de su angustia y soledad. Y esto aumenta en nuestra cultura acaudalada de falsa libertad y oportunidades limitadas; los que sufren más intensamente son los que reciben menos cuidado. Sin suficiente atención y bálsamos para el alma herida, poco puede evitar que la soledad se transforme en locura. Nuestras opciones humanas para enfrentar la soledad son limitadas. Podemos lidiar con el dolor volviéndonos a nuestro interior y destruyendo nuestra propia psiquis. Podemos tratar de escapar dañando a otros. O, con el amor de otro que rehúse abandonarnos, podemos con dificultad transformar la tristeza enojada de nuestra alma en paz y compasión.

Las oraciones de políticos en un momento de tragedia colectiva pueden dar cierto alivio formal. Incluso las personalidades más disfuncionales y superficiales pueden asumir cierto tipo de rol paternal para la gente en una crisis. Sin embargo, la oración sin acción sobre las causas del sufrimiento es oración falsa, una distracción encubridora y deliberada. Es perversa porque en realidad participa y forma parte de la oscuridad y engaño corrosivo que causó el daño.

Nuestra cuaresma debe continuar con las llorosas Raquel de Parkland y todas las Raquel que vendrán. No será en vano si trabajamos honestamente para expulsar las falsas voces y auto engaños de nuestro propio cuarto interior.

 

Laurence Freeman OSB

Traducción: Javier Cosp Fontclara (WCCM Paraguay)

 

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